¿Cómo nació esto?

Por: David Hoyos. Marzo de 2014 / Impacto

 

Es la pregunta que después de 2 años me hago y me hacen. Trataré de responder a través de una técnica sencilla que todo publicista debería saber, escribir. Este primer blog de Depura es dedicado a ella y a todo los que han participado en tan divertido proyecto.                                

Podría salir por la clásica y decir, “soy emprendedor y vi una oportunidad de mercado en la publicidad especializada para la responsabilidad social”, esto sería pura carreta ya que tocaría definirme como un “visionario” debido a que desde hace 5 años lo vengo estudiando. Indagando un poco más con el típico “brain storming” se me ocurrió otra salida, tengo un amigo (socio) que insiste en que todo este despliegue creativo ocurrió en una tuza y durante una desproporcionada ingesta de aguardiente se me ocurrió la brillante idea de hacer sociedad, pero sinceramente creo que esta idea carece de fundamento, serviría más como para hacer un “trucho que gane premios”. Profundizando más en la tan recurrida casuística o “yoismos”, pensé que lo encontraba. Hace unos años, sentado con un gran amigo, amigo de la vida (socio también) dijimos “algún día haremos algo juntos”, él como antropólogo y yo como publicista, el fascinado por el lenguaje y yo por el comportamiento humano, pero no, … Esta punta creativa tampoco resolvía, era muy racional, no evocaba emociones. Por último recordé que estudiando en la universidad, un amigo, hoy un copie renombrado de agencia multinacional me dijo, “su mundo no está en las agencias, se va a aburrir, usted hace las cosas de otra forma, piense a ver que se le ocurre”, esta sonaba bien, pues ver las cosas de otra forma es lo que un creativo hace, pero había algo en este racional que no me atrapaba, por lo tanto decidí descartar estos y muchos otros momentos que podrían señalar el momento cero, el comienzo de una idea por la simple razón que carecían de lo esencial.                 

Han existido circunstancias que me han llevado a tomar decisiones que han definido lo que hoy hago, como las anteriores hay otras que sirven para redondear el brief de Depura, tales como; estudiar derecho en una universidad donde no hubiera nadie de mi colegio para conocer otras personas, preferir la rumba del centro que la de la 85, usar converse, así no me dejarán entrar a Danzatoria, indignarme por tener que pagar mucha plata para entrar a un bar – discoteca- restaurante de Chía para después salir a un andén que se llama “la calle” y beber como si estuviera en una cuadra de Galerías, haber tenido novia de colegio con nombre de prócer de independencia, haberle tomado fotos ya a 30 de departamentos de Colombia, todo eso me da una idea de porque hoy hago lo que hago, pero no es suficiente.                                  

Después de pensarlo mucho y bien pensado (motivado por una par de charlas que tengo que dar a estudiantes de primer semestre). No creo que la paloma sacra me haya inmaculado con un don.

La verdad es que todo lo que soy se lo debo a mi casa, familia (cliché de reina). No es que ellos me hayan enseñado a redactar copies sucintos, disruptivos, atractivos, sexys, no nada de eso.

Lo que paso es que desde muy pequeño y lo mismo podrán contar mis hermanos mayores, es que a la persona que nos ayuda en la casa se le saluda de beso, al “cela” que nos abre la puerta se le saluda por su nombre, al campesino con el que nos topamos en la finca come lo mismo que nosotros, a la mesera que nos sirve la comida se le dan las gracias mirándolo a la cara, que Bogotá va más allá que la 72, que el color de la gente es solo eso, color y muchas cosas más, pero muchas cosas que se nos olvidan hacer en este país que por ahora y porque está de moda, lo definiremos como diverso.                                   

Pero lo más determinante, lo que definió mi vida, la dirección de nuestra empresa es que tengo un hermano con una discapacidad cognitiva y que solo me di cuenta de esto hasta mis 16 años, no porque me lo ocultaran, sino porque en mi casa siempre fue y es, una persona común y corriente con obligaciones y deberes, con la responsabilidad de aportar a su mundo y al de quienes lo rodean. No es cuestión como dice él, mi hermano, “de condición, sino de convicción”.                                     

Lo que vale en las personas es lo que llevan por dentro, y ese es el gran secreto de Depura. Este común pero complejo de descifrar “Insigth” es el concepto más importante que alguna vez se me haya ocurrido. Mi hermano Miguel es la inspiración y la esencia de las personas es la razón por la cual, yo, hoy, me estoy escribiendo para mí mismo con el fin de entender porque hago lo que hago.

A todos los que han hecho parte de Depura en tan solo 2 años (serán muchos más) les agradezco inmensamente compartir conmigo parte de su esencia, uniéndonos en la ambiciosa tarea de transformar la publicidad, depurándola de tantos preceptos y demostrado que lo que realmente importa son las personas y nada más.

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